Cirugía endoscópica se convierte en opción para cáncer

Un hombre con cáncer de esófago disfruta de una vida plena

gracias a una cirugía endoscópica

  JACKSONVILLE, Florida, enero de 2012 — Jorge Rivera supo que una nueva cirugía ofrecida en la Clínica Mayo podría salvar su vida, pero también se informó acerca de que uno de los riesgos de sacar endoscópicamente su tumor cancerígeno-a través de su boca- era el potencial daño de su garganta y cuerdas vocales. Afortunadamente, sus alternativas de tratamiento y su actitud positiva le permitieron vencer al cáncer y seguir disfrutando de dos cosas que ama: tocar la guitarra y cantar.

Rivera, gerente comercial de préstamos de auto en el FirstBank en San Juan, Puerto Rico, y padre de tres hijos, se sometió a una cirugía combinada de endoscopía y laparoscopía en la Clínica Mayo de Jacksonville, Florida, para remover su esófago canceroso y restaurar su sistema digestivo. Más de un año después de la cirugía, él está libre de cáncer, y de regreso en el trabajo, la familia y haciendo música.

 “Perseveré en el querer cantar nuevamente y gracias a Dios hoy estoy completamente recuperado”, dice Rivera. Para algunos, el hecho de que sobrevivió al cáncer sería suficiente razón para celebrar, pero Rivera quería recuperar la calidad de vida que disfrutaba antes de que fuera diagnosticado con cáncer a la edad de 47.

 Rivera, que ha tocado la guitarra desde los 10 años, contaba con su padre, Jorge Sr., como modelo de vivir la vida al máximo, incluso después que un accidente de construcción lo dejó incapacitado para caminar poco después de que Rivera naciera. Hoy, padre e hijo, junto a otros miembros de la familia, tocan semanalmente en la Parroquia, María Madre de mi Señor, en Guaynabo, Puerto Rico. Jorge Rivera Torres, padre de Rivera, toca el cuatro puertorriqueño, mientras su hijo Jorge Rivera Diaz toca guitarra y canta.

Después que Rivera se sometió a cirugía, radiación y quimioterapia, y con tiempo, cosas como jugar con su hijo de 7 años y compartir su amor por la música sacra con su familia, regresaron con un nuevo significado.

 “El apoyo de mi familia es la razón por la cual me levanto cada mañana y lo que me hace seguir luchando”, dice Rivera. También basa su recuperación en le fe en Dios. “Me gusta decir que estos son los caminos de Dios. Lo he venido sirviendo por muchos años y ciertamente su mano estuvo tras todo esto”, Rivera afirma, notando el soporte de su familia, amigos e incluso gente que lo vio alrededor de la ciudad y le dijo que estaban rezando por él.

 Rivera dice que nunca tuvo síntomas que indicaran un problema. Recuerda que la acidez estomacal “usual” de lo que refiere a “la típica dieta  portorriqueña”, pero nada que molestara mucho. Entonces, una endoscopía ordenada por el doctor mostró otra cosa.

 “Tenía células precancerosas en mi esófago”, recuerda Rivera. Bajo el cuidado del oncólogo Benigno Varela, M.D., en Puerto Rico, las células cancerosas fueron encontradas en el esfínter (válvula entre el esófago y el estómago) y en la parte alta del estómago. El Dr. Varela discutió las opciones de tratamiento, incluyendo una cirugía nueva mínimamente invasiva que se hacía en la Clínica Mayo, y acerca de la cual coincidentemente Rivera había comenzado a leer en Internet.

 A un mes de la endoscopía inicial, Rivera estaba bajo el cuidado de un equipo de médicos de la Clínica Mayo que incluían al doctor  Michael Wallace, un especialista en la detección de cáncer gastrointestinal y pulmón a través de imagen endoscópica.

 Una biopsia endoscópica mostró células cancerosas diseminándose a los bordes del área previamente identificada como el problema. El doctor C. Daniel Smith, M.D., director de cirugía de la Clínica Mayo de Florida y especialista en esofagectomía mínimamente invasiva, o remoción del esófago, se sumó al equipo de Rivera.

 Habían dos cirugías posibles, y Rivera optó por la versión más nueva: cinco incisiones pequeñas en el abdomen y una incisión en el lado izquierdo superior del torso, justo bajo el cuello.

 Los cirujanos removieron el esófago completo de Rivera y parte de su estómago. El tejido del estómago después fue formado dentro de un tubo para formar un nuevo esófago. Rivera fue dado de alta del hospital en una semana y comenzó a comer alimentos sólidos tres ó cuatro semanas después de la cirugía.

 Sus médicos de la Clínica Mayo, incluido el oncólogo Dr. Gerardo Colon-Otero y su oncólogo en Puerto Rico, coordinaron su plan de quimioterapia y radiación que fue administrado en Puerto Rico. Un seguimiento seis meses después no mostró células cancerosas. Un año después, Rivera escribió a sus médicos de la Clínica Mayo para darles una actualización de su salud. Estaba libre del cáncer, comiendo bien, tocando música y haciendo kick-boxing.

 “Cuando no se trata rápidamente y en forma efectiva, el cáncer de esófago se puede diseminar rápidamente a otros órganos”, explica el Dr. Wallace. “Pero el tratamiento tradicional para el cáncer de esófago en estado temprano – remoción del esófago – es una cirugía de alto riesgo que usualmente involucra efectos secundarios a largo plazo, como dificultad para tragar, náuseas frecuentes y acidez”.

 El Dr. Wallace dice que a través de la combinación de las técnicas de endoscopía y laparoscopía, los doctores ahora pueden ofrecer una opción mínimamente invasiva con menos efectos colaterales y los mismos resultados para las personas con cáncer en etapa temprana.

 Rivera atribuye a su equipo de la Clínica Mayo el haber podido dar vuelta esta situación. “La Clínica Mayo ofrece excelente coordinación de servicios y recursos”, dice Rivera. “Todo el equipo se preocupa enormemente de que el paciente y su familia se sientan confortables, bien informados y bien atendidos con una gran sensibilidad y calor humano”.

 Rivera dice que la distancia entre Jacksonville y Puerto Rico no impidió una buena comunicación entre sus doctores. Hoy, se siente saludable y agradecido de que sus exámenes no muestren cáncer. “Agradezco a Dios por darme la oportunidad de ir a la Clínica Mayo”, dice Rivera. “Recibí tratamiento de primer nivel, el que contribuyó a la nueva oportunidad de vida que tengo hoy”.

 Para más información acerca del tratamiento de cáncer de esófago y otros tipos de cáncer en la Clínica Mayo de Jacksonville, Florida, llamar al departamento de Servicios Internacionales al teléfono (904) 953-7000 o enviar un email a intl.mcj@mayo.edu .

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 Acerca de Mayo Clinic

La Clínica Mayo es el primer y más grande grupo de medicina integrada del mundo. Médicos de todas las especialidades trabajan juntos para cuidar a los pacientes, unidos por sistemas comunes y por una filosofía: «las necesidades del paciente son lo primero». Más de 3.700 médicos, científicos e investigadores y un equipo de apoyo de 50.100 profesionales de la salud trabajan en la Clínica Mayo, institución que tiene unidades en Rochester, Minnesota; Jacksonville, Florida; y Phoenix/Scottsdale, Arizona. Juntas, estas tres unidades tratan a más de medio millón de personas cada año.

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