En el mundo del marketing y negocios, una marca surge del esfuerzo y trabajo duro para construirla. Toma años posicionarla y requiere la inversión de cuantiosos recursos para desarrollarla, hasta que sea reconocida. Sin embargo, hay marcas que surgen de manera natural, se proyectan de manera diferente, entienden a sus audiencias y conectan de manera cercana y verdadera, cautivando los corazones de miles de consumidores, hasta convertirse en legendas e íconos de inspiración. El tenedor del #34 de Boston Red Soxs logró esa conexión con sus fans, equipo y ciudad, pues todavía después de su retiro de las filas del diamante, las muestras de cariño y admiración son tan abrumantes que Boston se puede denominar estar bajo la influencia del Big Papi Domi-Nation.
18 meses antes de su retiro en 2016, cientos de marcas y grandes anunciantes enfilaron sus campañas para acompañar al Big Papi en su tour de despedida de las Grandes Ligas. Muchas de estas en el interés de adquirir valor y goodwill del patrimonio de este héroe que conjuro la maldición del Bambino y llevó a Boston a ganar tres Series Mundiales.
Con más de 500 carreras en casa, una personalidad carismática, pero mostrándose siempre humilde y un corazón inclinado hacia las causas más nobles, David Ortiz ha establecido su posición como el mejor jugador de los Medias Rojas de esta generación. Tiene un puente llamado en su honor; un Diploma Honorífico de la Universidad de Boston; una calle y no cualquier calle, sino a las afueras del Fenway Park se encuentra el David Ortiz Drive; e incluso un Gate en el aeropuerto de Logan y una exhibición en el Boston Museum of Fine Arts. El #34 fue retiró el viernes pasado apoyado por una campaña de semanas de anuncio y celebraciones. No hay una esquina en Boston donde uno no se tope con la cara del Big Papi o con el número de la leyenda.
Big Papi es más que un atleta para Boston. Es el símbolo de esperanza, el catalizador de un cambio de mentalidad de derrotismo de toda una ciudad. Su legado no se limitó a aplastar con jonrones a sus rivales o a humillar a los Yankees. Fue parte las figuras que levantaron los ánimos de la ciudad en uno de sus momentos más oscuros tras el atentado del Maratón de Boston, sin mencionar sus innumerables aportes a través del David Ortiz Childrens Fund.
Debemos ser capaces, al igual que Boston, de celebrar en grande los logros de nuestros deportistas, pues nos representan cual #MarcaPaís. Nos traen alegría cuando consiguen obtener las codiciadas preseas, pero son símbolos de inspiración, lucha y superación.
Autor: Lara Guerrero