La Barquita: El valor de las promesas

La naturaleza humana busca de manera continua y apasionada su superación.  Y esta superación viene, muchas veces, ligada a la adquisición de un techo propio. Para unos se convierte en una motivación para seguir adelante,  mientras que para muchos puede ser tema de supervivencia.

La semana pasada tuvimos la oportunidad de ver la transformación y dignificación de  más de 1,787 familias dominicanas que vivían en condiciones infrahumanas, hacinadas en cinturones inimaginables de miseria, con ansias de visualizar un nuevo porvenir.

Con el traslado simbólico de varias familias, incluyendo la de Ricardo Galarza (Vivito), testimonio que de gran impacto debido a su resistencia al cambio y pérdida de fe tras tantas promesas incumplidas,  se dio inicio a la gran fiesta de inauguración de la Nueva Barquita.

Rostros llenos de alegría y esperanza se visualizaban en el público, con la materialización de un sueño que hoy es una realidad, y que se constituye en una de las mejores cartas de presentación del gobierno.

Los ciudadanos no solo tenemos el derecho de disfrutar del territorio que habitamos, sino que también de mejorarlo para garantizar el bien común de aquellos que no tienen ese privilegio. La Barquita fue un proyecto perfectamente concebido no solo en infraestructura, abarcando todas las necesidades de habitacionales y de desenvolvimiento de la vida diaria, sino también en materia de comunicaciones. Contó con la promoción, el marketing y la diseminación de los mensajes adecuados para todas las audiencias.

Las buenas historias generan empatía positiva por parte de la audiencia que se traslada a la marca que las promueve. El valor de la Barquita, más que en sus atributos, está en las miles de historias asociadas cuyos valores crean cercanía, asociación y  credibilidad: las audiencias creen más en los hechos que en las palabras, y es por eso que las historias bien contadas por terceros en la Barquita son eficientes y tienen un valor incalculable.

En el mundo de las relaciones públicas, todas las ocasiones en las que decir algo a través de una historia es una buena oportunidad, la Barquita se constituye en el storytelling del gobierno de mayor conexión con el publico hasta el momento, restaurando de la misma manera el valor de la promesa perdida.

 

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