Para proveer alivio a las presiones del día, Mayo Clinic ofrece a los pacientes y visitas oasis de calma y espacios de reflexión

JACKSONVILLE, Florida, Mayo de 2011 — El doctor Michael Brennan, un endocrinólogo de la Clínica Mayo, escribió en una reflexión en “el ambiente como un sanador”, “los hospitales y clínicas son muchas veces sitios embotados, monótonos y deprimentes. Contrasta con esto las instalaciones bien equipadas de hoteles que reciben a los huéspedes en ambientes llenos de salud. Es irónico que cuando la enfermedad ataca, los pacientes pueden verse forzados a renunciar al consuelo y re afirmación que pueden otorgar un ambiente cálido y acogedor”.

No sucede así en la Clínica Mayo. Cuando llegan, pacientes y visitas son recibidos por vistas bien mantenidas. Entre las citas médicas, los pacientes pueden relajarse en atrios espaciosos e iluminados por el sol, reflexionar en salas de meditación, pasear por jardines o simplemente disfrutar de prominentes obras de arte y características arquitectónicas en las tres ubicaciones de la Clínica Mayo.
Esto es todo de acuerdo al diseño. Espacios silenciosos, reflexivos, como estos, han sido parte de la ambientación de la Clínica Mayo por generaciones, un reconocimiento de que el ambiente puede jugar un rol importante en el proceso de curación.

Lo que sigue es un tour de algunos de los lugares silenciosos y sanadores a lo largo de la Clínica Mayo. Cada uno es único en diseño y ubicación, pero todos representan un compromiso al cuidado médico humanístico.

Centro para el Espíritu
La mayor parte de los días en el campus de la Clínica Mayo de Rochester, Minnesota, multitudes de personas recorren el camino a través de la explanada subterránea que une las instalaciones centrales de Mayo.

En el medio de este paso, inserto dentro del Edificio Mayo, se encuentra el Centro para el Espíritu, el cual no ofrece curas ni diagnósticos, pero es sin embargo un lugar para la curación.

Según el doctor Carl Lundstrom, jefe del comité de espiritualidad y cuidado de la salud de la Clínica Mayo, el espacio modestamente designando es un lugar para la reflexión silenciosa, rezar o meditar, acciones que pueden ayudar a pacientes, seres queridos y miembros del staff a enfrentar enfermedades y tratamientos, o venir a enfrentarse con noticias difíciles. El centro es el resultado tangible del creciente conocimiento acerca del rol que juega la espiritualidad en el enfrentamiento de la enfermedad, dice la doctora Ruth Johnson, vicepresidenta del comité de espiritualidad.

Ella ve al centro como la continuación del credo sagrado de la Clínica Mayo de poner las necesidades del paciente primero. “Entregar tanto el cuidado emocional como el espiritual, como también las formas de la medicina más ortodoxas, es todo parte de encontrar las necesidades de la persona integral”, dice.

Así de importante, dice el doctor Lundstrom, el centro es un lugar para todas las religiones y practicas espirituales. No hay cruces, crucifijos ni estatuas. El centro es un espacio circular con paredes de tonalidad tierra y vidrios en azul acuoso pálido.

La alfombra dibuja un laberinto en la sala principal.
Una sala circular más pequeña, ubicada justo en la entrada de la cámara, tiene un stand que apunta el este y hacia la Meca. Quienes han visitado la sala han dejado mantas y libros religiosos musulmanes. Cerca de la entrada, el centro tiene una pared de rezos, donde las visitas pueden dejar pensamientos escritos y devociones. Las cartas son recogidas periódicamente y rezadas por las hermanas del convento de Assisi Heights.

La pared de rezos se ha convertido en una de las características más populares, donde la gente ha escrito no sólo acerca de sus preocupaciones acerca de su condición, sino que también acerca de sus familias y amigos, y piden frecuentemente bendiciones para sus especialistas y equipos médicos. Cerca de la pared se ubican brochures “Notas de Cuidado” que entregan sugerencias para manejar las dificultades emocionales y prácticas planteadas por enfermedades serias.

“Estábamos preocupados de cómo podíamos lograr alcanzar la variedad de necesidades de los que irían al lugar”, dice el doctor Lundstrom. La doctora Johnson también concuerda con esto. “Tratamos de que le diera la bienvenida a todos”, dice ella.

La Isla Louchery
Un paseo corto por el campus de la Clínica Mayo en Jacksonville, Florida, lo lleva a través de un puente a la Isla Louchery, donde un camino para andar, bancos y paisaje exuberante crea una locación ideal para la contemplación, descanso y reflexión.

La Isla Louchery es también la casa para una escultura diseñada para estimular los sentidos y aliviar la mente. Lizette R. Jaeke hizo un regalo en memoria de su marido, Harold T. Jaeke, para apoyar el encargo de una escultura que represente el espectro completo de la vida. Entre las características figuran:
• Columnas de compensación que evoquen la sensación de antigüedad.
• Una larga esfera que simboliza el universo y la continuidad de la vida.
• Prismas de cristal que crean gamas de luz, que se reflejan en el agua y en la piedra de tono cálido.

Para complementar el carácter del campus de Florida, la escultura en la Isla Louchery incluye piedra que es parte del Edificio Cannaday.

“Nuestra filosofía retrocede hacia el Edificio de 1914 en Minnesota”, dice Robert Fontaine, ex director de Planificación y Proyectos del campus en Florida. “Cuando miras las fotografías del edificio, ves que las áreas de espera fueron diseñadas con un sentimiento de hospitalidad, y los materiales eran de gran calidad. Los hermanos Mayo sentían, fuertemente, que el ambiente reflejaba la percepción de la calidad del tratamiento”.

Sendero de Desierto de Sonora
Por siglos, una amplia variedad de plantas y animales han sobrevivido y se han desarrollado en el clima árido del Desierto de Sonora, en Arizona. El paisaje de desierto que rodea a la Clínica Mayo de Arizona es un tributo a su tenacidad, ingenuidad y adaptaciones creativas.

Con una planificación cuidadosa y una re vegetación exitosa, la Clínica Mayo ha preservado la mayoría del terreno natural desértico en el sitio de la clínica. Los pacientes, visitas y personal de la clínica pueden apreciar la belleza rústica del desierto a lo largo de un sendero que se extiende por casi 300 metros, en el lado este de la clínica. El sendero incluye más de 40 especies de cactus, plantas y árboles que son autóctonos del área. Pequeñas señales identifican y explican estos recursos naturales distintivos y a lo largo del camino, el visitante puede ver un búho cornudo, una bandada de codornices o un correcaminos cuando se atraviesa por el camino.

Desde el sendero, se puede ver
la pendiente de las Montañas McDowell, y especímenes de madera petrificada, importada desde un área cerca del “Petrified Forest Natural Park”. Cada una tiene aproximadamente 225 milliones de años de antigüedad. El sendero está abierto desde el amanecer hasta el anochecer, con guías turísticos disponibles regularmente sin cargo. La Clínica Mayo también provee mapas para exploración por cuenta propia.

El acercamiento cuidadosamente detallado que entrega la Clínica Mayo a sus instalaciones diseñadas es importante, dice Fontaine. “Si el ambiente es bueno, la ansiedad del paciente disminuye, y se siente más en confianza con el tratamiento”.
Para más información acerca de los tratamientos disponibles en la Clínica Mayo en Jacksonville, Florida, llamar al departamento de Servicios Internacionales al teléfono (904) 953-7000 o enviar un email a intl.mcj@mayo.edu.

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