Vemos que el fenómeno del calentamiento global pasa a ser de una simple teoría científica a una cruda realidad, sus efectos son perceptibles en todo el planeta, con períodos de sequías e inundaciones más prolongados, disminución acelerada de los glaciares y cambios drásticos en los patrones de precipitación y nieve.
Un estudio de la organización Christian Aid arrojó que para 2060 más de 1.000 millones de personas en todo el mundo vivirán en ciudades con riesgo de sufrir inundaciones catastróficas producto del efecto invernadero.
En nuestro país experimentamos para esta época, una temporada de lluvia conocida como la Frontal, las cuales han aumentado hasta un 12 por ciento debido al sistema atmosférico que viene impactando la región en los últimos días.
Las imágenes del torrencial de agua, de su fortaleza para arrastrar consigo cualquier objeto en su camino, de las familias viviendo en condiciones deplorables, son impactantes.
A la fecha más de 42.000 personas han sido desplazados por las fuertes lluvias, a su vez, 8.348 viviendas anegadas y 96 localidades incomunicadas debido a la destrucción de las vías e infraestructura de acceso.
Somos un país en desarrollo donde una cifra considerable de habitantes vive en tierras expuestas y vulnerables, en construcciones informales de fácil afectación por una inundación o clima extremo. Nuestra capacidad de recuperación es lenta, pues la mayoría carece de pólizas de seguro, títulos de propiedad, redes financieras seguras y confiables que le permitan resurgir después de la tragedia, dependiendo en su mayoría de la asistencia del Estado.
En los últimos días hemos visto al Presidente Danilo Medina, acompañado de los ministros de Obras Públicas y Comunicaciones, Gonzalo Castillo; Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta, y otros funcionarios, hacerse presente, sin descanso, en las zonas afectadas, comprobando el nivel de necesidad y daños.
Al igual que nuestras autoridades, este es el momento de demostrar nuestro espíritu de solidaridad y resiliencia. Algunos “Haters” y “Vampiros Energéticos” querrán empañar los esfuerzos no solo del gobierno, sino de cientos de ciudadanos y empresas que voluntariamente han acudido al llamado de ayuda, algunas: Grupo CCN, Cervecería Nacional Dominicana, Grupo SID, Grupo Rica, Industrias Bisonó, Colchones Foam Flex, Megacentro, Bepensa, y decenas de otras que se han sumado al esfuerzo loable y necesario.
Más que críticas y señalamientos, debemos contribuir a minimizar el impacto y devolver la esperanza a tantos hermanos. Llego la hora de entender de que en este barco estamos todos y que la única manera de sacarlo a flote, es trabajando unidos. Más allá de las palabras, construyamos Patria con nuestras acciones.
Autor: Lara Guerrero